Pourquoi les Espagnols mangent du pain

alimentation manger pain espagnol inov expatEn 2013 la consommation de pain chez les Espagnols a augmenté de manière significative, après une lente chute depuis plusieurs années, selon les statistiques du Ministre espagnol de l’Agriculture, de l’Alimentation et de l’Environnement. Pourquoi les Espagnols se remettent-ils à manger du pain? Tout sur le marché de la baguette en Espagne!


La baguette moins chère

C’est d’abord la guerre des prix de ces dernières années qui a poussé la consommation de pain. Les Espagnols dépensent toujours autant qu’avant pour leur consommation de pain, mais cela représente une quantité plus importante.

On se souvient de José Navarro, ce boulanger de Valence qui a fait parler de lui en 2013 avec son pain à 20 centimes, on constate une vraie guerre des prix depuis que les supermarchés ont lancé leurs boulangeries low cost. En Espagne, le prix de la baguette tourne autour de 50 centimes en supermarché, contre 80 en boulangerie.

Cela amène les consommateurs à modifier leurs comportements : il y a quelques années, la majorité des ventes était réalisée par les commerces spécialisés. Aujourd’hui, tout va aux supermarchés et les commerces spécialisés ne réalisent plus que 42% des ventes.

Le pain promu par l’Etat

Depuis 2007 on peut voir une vraie campagne de dédiabolisation d’un produit jusqu’ici vu comme mauvais pour la santé et anti diététique.

Le gouvernement l’a clairement montré avec la Semaine du Pain organisée en 2013, une semaine ayant pour but d’informer les citoyens des bénéfices du pain, pour les inciter à en consommer plus et rompre avec l’association du pain et d’une alimentation malsaine. Alors que la consommation quotidienne de pain en Espagne se situe autour de 100 grammes, cette semaine avait pour but de promouvoir une consommation autour de 220 grammes par jour.

La mauvaise réputation du pain change cependant. Entre 2012 et 2013, chaque espagnol a consommé 36,12 kg de pain, contre 35,9 kg l’année précédente d’après les statistiques du Gouvernement Espagnol sur la consommation des ménages.

Une meilleure qualité

Pour les boulangers, il est inutile de tenter de lutter contre la guerre des prix imposée par les low-cost. Ils répondent donc en augmentant la qualité de leur pain. L’offre se diversifie et s’améliore. Des boulangeries gourmets apparaissent, faisant la promotion de différents types de pains et mettant en avant des pains spéciaux en fonction des régions  : pán de Valladolid, pán de Cañada, pán de Escanda…

Cette amélioration de la qualité pousse les consommateurs à remonter leurs exigences également. D’après Manuel Llaras, le président de l’association des boulangeries Gremi de Forners de les Terres de Lleida: « l’apparition de nouveaux produits, de meilleure qualité, favorisent l’émergence d’une nouvelle culture du pain, comme cela s’est déjà produit avec le vin ou l’huile d’olive« .

Attention, il faut tout de même prendre en compte que la consommation n’est pas uniforme dans toute l’Espagne : les 44kg annuels consommés par chaque habitant de Navarre et des Asturies sont à comparer avec les 28kg pour les Canaries et les Baléares…

Sources de l’article : http://bit.ly/1e7ICjD ; http://bit.ly/1bDgZO4 ; http://bit.ly/1qOE8HR
Tras dos décadas de caída ininterrumpida, el consumo de pan en España está de nuevo al alza. Lo dicen las estadísticas oficiales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que constatan que entre mayo de 2012 y abril de 2013 —últimos datos disponibles— se incrementó un 1,8% la compra de este alimento milenario. La clave está, según el Gobierno, en que los precios en ese mismo periodo han caído un 1,9%, lo que ha permitido aumentar el consumo sin que lo haga el gasto (que en el último año supuso un negocio de 3.903 millones de euros). Los expertos constatan la aparición de una nueva cultura del pan, con consumidores más exigentes Manel Llarás, presidente de la federación catalana de panaderos, encuentra otras causas que explican este aumento. Por un lado, « la aparición de nuevos y mejores productos están favoreciendo la aparición de una nueva cultura del pan (como ya existe para el vino o el aceite de oliva). Aunque aún es un movimiento minoritario, cada vez hay más gente que quiere un pan mejor, y que recuperan un hábito directamente relacionado con la dieta mediterránea », señala. Ejemplo de ello es la proliferación en las ciudades de panaderías gourmet y con alto valor añadido, así como el auge de panes con sello de calidad diferenciada (Indicación Geográfica Protegida) como el Pan de Cea, el Pan de Cruz de Ciudad Real o el Pa de Pagès Catalá. Y es que desde hace años el Ministerio de Agricultura y Alimentación trabaja junto a los productores en promocionar las cualidades de estos panes, así como de otras variedades « de calidad característas de cada región » como el Pan de Valladolid (Lechuguino), el Pan de Cañada o el Pan de Escanda, entre otros. Esta nueva cultura del pan ha ido de la mano, según Llarás, de un cambio en la percepción social de este producto. « Hace 30 años proliferaron las dietas alimentarias, y los médicos entonces lo que recomendaban era reducir el consumo de pan. Eso lo demonizó como un producto menos sano. Ahora es al contrario, y cualquier nutricionista incluye el pan dentro de una dieta saludable », asegura el presidente de los panaderos de Cataluña. Apenas 100 gramos de pan al día Entre mayo de 2012 y abril de 2013 cada español ha consumido unos 36,12 kilos de pan; un año antes eran 35,9 kilos Cada español consumió de media en el último año 36,12 kilos de pan, según los datos del Panel de Consumo. En 2011 esta cifra era aún menor (35,9 kilos por persona y año), y suponía apenas la mitad del pan que se consumía hace 25 años, tal como muestra el estudio elaborado por la patronal del sector, Ceopan. Los aproximadamente 100 gramos de este alimento que se consumen al día sitúan a España a la cola europea, según Ceopan. El consumo en España, sin embargo, está lejos de ser uniforme. Así, por ejemplo, navarros y asturianos, con más de 44 kilos por persona y año, son los más panaderos; por contra, canarios y baleares apenas llegan a los 28 kilos anuales per cápita, tal como señalan los datos del Ministerio de Agricultura. A pesar de la crisis económica y el descenso en la capacidad de compra de los hogares, la caída de los precios y las campañas de promoción público-privadas como « pan cada día », vigente desde 2007, han permitido no solo sostener el consumo de pan, sino aumentarlo. Este repunte podría convertirse en una tendencia, según la patronal Asemac (que engloba a 33 empresas de la industria de la panadería y la bollería), ya que los últimos datos en su poder confirmarían este consumo al alza. Guerra de precios ¿Y por qué han caído los precios? Fuentes del sector panadero tradicional hablan de una « guerra de precios » provocada por la irrupción de las llamadas panaderías low cost, cadenas y franquicias que ofrecen este alimento a precios « por debajo de mercado » (en torno a 30 ó 40 céntimos la barra) y que han supuesto una dura competencia para los establecimientos tradicionales (con el precio de la barra a 50 ó 60 céntimos). Madrid ha sido recientemente el epicentro de esta batalla por la supremacía panadera en España. Una conocida marca de pan catalana ha abierto más de una veintena de establecimientos en la capital, con precios que los fabricantes madrileños del sector aseguran que son « absolutamente imposibles e inasumibles con los costes actuales de materias primas, energía, etc ». En opinión de Francisco Valverde, fundador de la cadena Valpan, « su único objetivo es acabar con los negocios cercanos y cuando ya no haya competencia posiblemente subirán los precios », asegura. Supermercados, hipermercados, cafeterías, gasolineras… cada vez más establecimientos venden este producto Pero la caída de los precios no se debe solo a la aparición de una marca en concreto. Y es que la forma de comprar pan de los españoles ha variado radicalmente en los últimos años, tal como demuestran los datos de Asemac, la Asociación Española de la Industria de Panadería, Bollería y Pastelería, que da trabajo a unas 5.000 personas en España. Hace apenas unos años la inmensa mayoría del pan se vendía y compraba en comercio especializado. Sin embargo, actualmente este tipo de establecimientos apenas suponen el 42% de las ventas, mientras que los supermercados y los hipermercados ya aglutinan el 41,6% del sector. Supermercados, gasolineras, cafeterías, tiendas de todo a cien… Cualquiera puede vender pan. Lo que podría ser una ventaja para los consumidores (más lugares donde elegir) supone un peligro en opinión del Gremio de Panaderos de Barcelona. « ¿Cómo puede ser que el consumidor no se interese por quién ha hecho esa barra de pan, cuándo caduca o si lo ha sobado alguien antes? », se pregunta Andreu Llargués, recién nombrado presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Panadería (Ceopan). El futuro, aumentar la calidad Los vendedores tradicionales son conscientes de estar viviendo una crisis en el sector, y que les toca regenerarse. Piden, no obstante, que el consumidor no se conforme con cualquier producto y que sea más exigente. El pan se está reinventando, con nuevas variedades y fabricaciones con mayor valor añadido, para recuperar su sitio de privilegio en la dieta mediterránea. El futuro está en aumentar la calidad, ya que en precio no es posible competir con los low cost. Tanto los productores como la administración pública llevan años promoviendo campañas para promover el consumo creciente del pan. Así, el propio Ministerio de Agricultura ha editado folletos promocionando que se coma pan cada día, así como otro que propone maridajes del pan con otros productos.Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2018890/0/consumo-pan/guerra-precios/marcas/#xtor=AD-15&xts=467263

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